Leo con sorpresa como el ganadero sevillano Rufino Martín, propietario del hierro de Peñajara, ha tenido la lucidez de soltar por su boca en una tertulia en la villa y Corte, que las corridas que se lidian, en Andalucía son una mojiganga. En parte lleva razón. La fiesta en la región andaluza está cada día más descafeinada y 'humanizada' que nunca. Si a ello unimos que la prensa 'oficial' toca las palmas y mira para otro lado apaga y vámonos. Lo que me causa sorpresa es que este señor diga lo que ha dicho, cuando su ganadería y sus toros en Andalucía contribuyen a lo que él llama mojiganga. Este año sin ir más lejos, sus pupilos en la feria de agosto malagueña, fueron un dechado de virtudes que jamás pueden saltar a una plaza de toros.
Sin ir más lejos y repasando mi particular hemeroteca compruebo que en su última comparecencia en el ruedo de Los Califas, escribimos en la revista de información taurina 'La Montera', lo siguiente: "Llegó la primera corrida de toros, en el cartel reses de 'Peñajara' sangre 'baltasar iban' o lo que es lo mismo, cruce de 'contreras' con 'domecq'. Toros que salieron feos de hechura, hechos de arriba abajo, cornalones, con mucha cabeza y cara lavada, sin rematar de kilos, escurrida de carnes y de un juego, como era de prever pobre, vacío de contenido. Todo transcurría en el más duro de los tedios cuando apareció por la puerta de tories 'Bandolero', número 53, de pelo castaño, un toro como sus hermanos grandón y de feas hechuras, todo que fue incierto durante los dos primeros tercios, pobre pelea en el caballo, gazapón y mirón en banderillas. En la muleta tuvo mucha alegría, embistiendo con gran transmisión a una muleta que no le pudo nunca, aunque es cierto que al toro le faltaba ese tranco de más para salir rebozado de la muleta. 'Bandolero' fue el toro de hoy, el toro incompleto, el toro de un solo tercio, lejos de ese total que derrama bravura y casta en los tres actos de la lidia que es el auténtico toro bravo. Le premiaron a sus restos con el honor de la vuelta al ruedo, se llevara algún premio, pero no fue el toro bravo que queremos ver en las plazas, pero visto lo visto, "en el país de los ciegos el tuerto es el rey".
Esto fue lo que escribimos. Efectivamente el toro gano muchos premios y su criador, ahí viene la curiosidad, vino a recogerlos alardeando y presumiendo de criar toros bravos. ¿Entonces la fiesta en Andalucía no era una mojiganga? También recuerdo como estando con él tras la corrida, que para los estadistas se celebró el 23 de mayo de 2006, estoqueándola Serafín Marín, Eduardo Gallo y el local José Luis Torres, Don Rufino Martín comentó a un compañero de un medio de tirada nacional, que se tenía que haber indultado el toro, que él se lo habría llevado al campo gustoso. No comment. ¿Mojigangas? No, gracias.
Francisco José Nuñez.
jueves, 29 de enero de 2009
¿MOJIGANGAS?, NO GRACIAS
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