lunes, 22 de septiembre de 2008

CALASPARRA: ENCASTADA AFICIÓN

Me habían hablado muy bien de la afición de Calasparra y de la excelente presentación de las novilladas que se lidian en la Feria del Arroz pero se quedaron cortos. He vivido un fin de semana maravilloso. Ha sido un honor estar junto a gente que defiende lo mismo que yo, que lucha por la integridad y la casta. La Asociación “El Quite” desde su aparición ha trabajado duro, tienen en el alcalde a uno de sus mejores aliados, para hacer las cosas bien, y en cuatro años han logrado para su pueblo una feria reconocida entre toda la afición española, y también la francesa, aunque los “periodistas taurinos” de la región murciana traten de ponerles trabas, de contar cosas que no son y de defender cosas que no se pueden justificar. Así consiguen un pase de prensa para la feria de Murcia, la más indultadora de todas, y donde se lidian perritoros desmochados que parece ser que es lo que estos señores entienden por toro de lidia. Tratan de menospreciar a una afición que lo único que hace es exigir novillos tal y cómo los parió su madre, es decir: INTEGROS. Llegar a decir que están haciendo de Calasparra un nuevo “valle del terror” es todo un insulto a una afición cuyo único pecado es pedir que las cosas se hagan como es debido. Este año he podido disfrutar con dos novilladas muy serias, que en muchas plazas pasarían como corrida de toros, de José Escolar y de Rehuelga –Rafael Buendía- y los “críticos” de la capital murciana han escrito que han sido mansas, peligrosas y difíciles. ¡Benditas sean las dificultades que da la casta! La mansedumbre no estuvo muy presente en esos dos días. Parece ser que no vimos lo mismo, aunque siendo sinceros, la verdad, entiendo que escriban cosas que no ven. Viven de eso, yo no. Antes que nada soy aficionado y digo que veo en la plaza aunque a veces me cueste algún disgusto con alguien.

De los doce novillos que he visto en el coso de Calasparra, obviamente me quedo con Matanegro, de Rehuelga, que fue bravo al caballo y en la muleta exigía firmeza y valor. Pero lo que más me dolió de las dos tardes fue ver cómo los chavales y sobre todo las cuadrillas se veían desbordados, en la mayoría de los casos, por los problemas que presenta este encaste tan arrinconado y desprestigiado. Todos sabemos muy bien los motivos. El inconveniente no es el poco tamaño de estos animales o sus pobres caras en muchos casos, el verdadero problema es que este encaste no es la tonta del bote que deja hacer todo lo que el matador desee, tienen buena memoria y perdonan pocas veces. La casta es lo que más teme un torero y es lo que puede fastidiar todo el tinglado de los taurinos, pero es una de las cosas que más gustan en Calasparra y por la que yo sigo enamorado de los Santa Coloma, de los Saltillos y de los Albaserradas, aunque alguno piense que ya no es así.

Muchas gracias a Juan Carlos, a Enrique, a Paco, a Quino, a Lolo, a todos los que componen la junta directiva de la Asociación “El Quite”, a los calasparreños, a Javier que me ha aguantado estoicamente todos los días, a los amigos franceses de los que tanto tenemos que aprender, y a José Escolar con el que compartimos una comida muy jugosa en todos los sentidos. Me habéis hecho pasar dos días tan enriquecedores como para coger la suficiente fuerza para aguantar lo que se me viene encima: La feria de Salamanca. He disfrutado de la luz del día, ahora me tocará sufrir la oscuridad de la noche. Ya os contaré.

Fuente: albaserrada.blogspot.com

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